Che, al otro lado del río


La verdad es que no entiendo demasiado el sentido que tienen los blogs personales, donde un individuo se dirige a las masas contando los aconteceres de su gris vida, plasmando sus pensamientos y anhelos. No, no me interesa, es más, no es interesante. Lo que atrae la atención de estos blogs personales es la sutil diferencia, cálida y novedosa, como por ejemplo el blog personal de un ciego o de un multimillonario, porque así, por una vez, el ciudadano común se puede poner en el pellejo de alguien diferente, conocer una vida lastrada, o una llena de helio... en fin, el desentonar del trino de una urraca.

Pero vayamos por partes. El blog de hoy es visualmente espléndido, con una cabecera exquisita, muy bien planteada, que llama la atención, con tipos de letra sencillos pero muy bien conjuntados en el infalible y elegante negro-rojo-blanco. Aporta además la novedad de las sidebares a la izquierda, y aunque lo típico de los blogs es el cuerpo con una sidebar (generalmente a la derecha), aquí vemos dos sidebares y además a la izquierda, bien estructuradas y que no divagan con elementos superfluos. Por todo ello, un tufillo de interés hace menear la nariz del lector, que espera quizá algo más de lo que el autor le va a dar.

El tener dos sidebares en la web afecta directamente al espacio disponible para el cuerpo de la entrada, que si bien no es una tara importante en la portada del blog, sí que lo es en las páginas individuales de la web, porque el lector se ve obligado a leer unos textos medianamente largos en un espacio demasiado estrecho, con demasiados cambios de línea. Esto se puede solucionar ahora con la plataforma blogger, usando condicionales y creando un css alternativo para cuando se está viendo una página individual.

El autor, un tal Che, es un desconocido. No habla en ningún sitio de él, no se presenta, no nos da ningún dato de si es hombre, mujer, de qué le gusta, de su edad... uno no sabe si está leyendo a un niño de 10 años, a una rana o a un Premio Nobel a punto de cascar. Ni una forma de contacto; nada. Che no es que sea un virtuoso de la letra, y cuando deja de abusar de publicar posts de otro, nos ofrece unos textos bien construidos, muy correctos, que si no atrapan, al menos mantienen siempre vivo el interés del lector.

Che nutre su blog generalmente de recuerdos (o lo que parece una serie de vivencias personales, maquilladas o no), que suelta sin orden ni concierto, que tienen el interés de lo incierto del desenlace, creando historias de dónde apenas se podría sacar una línea, captando la atención de quien lee, asimilando a la perfección un lenguaje llano y directo al interior de uno mismo.

Otro blog personal más, pero bien estructurado y adornado con la facilidad del autor de sacar una sonrisa.


Veredicto del inquisidor: 

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