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El elemento superfluo que semejante títulejo nos trae a la cabeza, será eliminado, sin duda alguna, cuando profundicemos ligeramente en la web y en la historia personal del creador de la misma, Domenec Benaiges Fusté, o quizá habría que llamarle "Jack the Ripper" (afortunadamente el autor desechó semejante apodo, para bien de todos y de su propia salud mental, que es lo que se intenta en la página).
Pero vayamos por partes. Me gusta comenzar mis análisis leyendo sobre el autor, y Domenec es un joven que nació lastrado y que ha superado ese lastre con voluntad y determinación de hierro. Una grave enfermedad de bebé no pudo dar al traste con su vida... pero señor Domenec ¿no pensará que este inquisidor le va a tratar mejor por haber vencido en una ocasión a la misma muerte? ¿no pretenderá que sus lectores le tengan más cariño que el que le tienen por haber salido victorioso en su lucha contra la fibrosis quística? Espero y deseo que no. Empecemos quitando de su presentación personal esa llamada de atención (con letra en negrita) a la que fue su enfermedad; sí, menciónela, pero no la resalte, pues es un dato más.
La web de Domenec es algo simple y complicado a la vez, una página con la vocación de ayudar al prójimo a través del potenciamiento de la filosofía positiva del ser interior que todos poseemos. Tan difícil porque este tipo de ayudas uno las echa en falta exclusivamente cuando siente que algo funciona mal en su vida, pero les invito a que echen una ojeada por la página web del señor Domenec, para descubrir el inmenso océano que nos queda por descubrir a todos, habitantes del litoral.
Pero querido Domenec, no piense que todo serán flores a su labor en la red de redes, y dejando a un lado su impagable labor de ayuda al prójimo, permítame profundizar solo un poquito en su página web. Lo primero que me llama la atención son los títulos de sus entradas, con un tipo de letra demasiado informal, que recuerda a esas páginas de videntes que son incapaces de ver la hora en el reloj de su muñeca; dichos títulos tiene usted la manía de resaltarlos a las malas, es decir, poniéndolos en mayúsculas... imagino que usted sabrá que la mayúscula en internet es sinónimo de alzar la voz. Además, en dichos títulos, se le olvida a usted poner tildes, afectando ello a su credibilidad como persona que transmite subida en el vehículo de las letras.
Por supuesto, también he visitado su tienda online y me he dejado llevar por el río de material que pone usted a disposición del visitante, pero Domenec, ya sé que no es usted la Biblia y que tiene que comer, pero podría mostrarse un pelín más altruista y no robar a mano armada con algunos de sus productos, como en los audios de hipnosis, que cuestan 15 euros y que se descargan directamente de su web (no lo tiene usted ni que meterlo en un CD, ni mandarlo). Pone usted el caramelito en la boca a sus visitantes, que no olvide usted que son personas necesitadas de consejo, y cuando ya no hay más que leer aparece, como sarpullido, el "Compra ahora", para seguir cultivando el alma. Es su negocio, pero no me sea usurero, señor Domenec.
Su web me gusta, con un azul refrescante que inunda la pupila del lector. Bien estructurada, con facilidad de navegación, letra legible, párrafos espaciados, comentarios perfectamente diferenciados unos de otros y una redacción cuidada aunque no brillante, basada en conceptos cortos y párrafos de no más de cinco o siete líneas. Usted no se ha complicado mucho la vida al hacer su web, pero sí que se ha tomado el trabajo de elegir la plantilla más adecuada, y el resultado ha sido bueno, sin duda.
Termino, como admirador de camisas poco convencionales, alabando la que usted luce en su web, una auténtica maravilla que debería usted haber planchado, al menos para la foto.
Veredicto del inquisidor: